
Confiesa que, a pesar de su tez pálida y ojos claros, nació en Jerez de la Frontera (Cádiz). El cine clásico de Hollywood es su pasión.
Según cuenta, con siete u ocho años, sus películas favoritas eran La fiera de mi niña y Con la muerte en los talones. «Esperaba con ansia esos ciclos que por aquel entonces emitía la televisión pública dedicados Hitchcock o a Paul Newman».
Sin embargo, su vertiente profesional vino a desarrollarse por un camino muy distinto: el ámbito del Derecho. Especialista en Derecho Civil tras años dedicados a la preparación de oposiciones a notarías, actualmente, ejerce de abogado.
Ha colaborado en distintos medios de comunicación comentando cuestiones jurídicas y relacionadas con el cine.

Además, es el presidente del onírico «Club de los nacidos más tarde de su tiempo», del yo también formo parte. Depende de cómo me levante. Dice que le gustaría haber podido bailar con Ginger Rogers, tomarse una copa con Bogart, conversar con Cary Grant y, sobre todo, haber mirado a los ojos a Ingrid Bergman… muy de cerca.
Tal es su devoción por el cine que hasta dibujando se inspira en las estrellas clásicas de Hollywood.
Se atreve, incluso, a enmendar a Calderón de la Barca. Para él, «la vida es sueño y los sueños, cine son» .